Nuevas crónicas, número 10

Nuevas crónicas, número 10

¿Puede un recital de Rock movilizarte otros pensamientos, más allá de lo que produce la música en si misma? Puede un evento de entretenimiento servir para ver "más allá"?

Mi hijo, de absoluta sorpresa, me regaló ir con él a ver a Queen. Esta banda, del icónico Freddy Mercury, aún después de su muerte en 1991, sigue actuando gracias a que su amigo del alma, Brian May, continúa con la leyenda. Muchos podrán verlo como negocio -que lo es, sin duda- pero otros lo vemos también como aquellas muestras de fidelidad total a las ideas. Y acá empiezan los divagues y los prejuzgamientos que seguramente nunca tendrán respuestas concretas.
Si tanto May, de 70 años, como el baterista Roger Taylor, de 67 siguen disfrutando de la música...perdón, de SU música, e integran a gente mucho más joven, como el cantante Adam Lambert (35) para ofrecer semejante show, es porque hay algo más que el simple homenaje o "refrito" de grandes hits.

¿Que lo lleva a un señor de pelo absolutamente cano, con sus 7 décadas a cuestas, a meterse en semejante quilombo? Hagamos el intento de ponernos en su lugar...éxito y dinero bien acumulado -y seguramente invertido- sanos ( se los ve así al menos) con gran reconocimiento popular...¿te meterías en tratar de producir semejante show?

Desde que llegamos al SAP Center, un estadio para 18.000 personas, en San José, desde la chica que cobra -25 dólares- el estacionamiento, (Jessica decía en su identificación) hasta lo que parecía un vendedor de camisetas truchas a la salida, todo forma parte de esta maquinaria. Entonces pensaba, y compartíamos con Nicolás, ¿como es de increíble que toda esta gente se enteró de este evento, le movilizó recuerdos, sentimientos, emociones, curiosidades, sorpresas, ansiedades, casi al mismo tiempo? Todos ellos quisimos informarnos, sacar entradas acorde a nuestros deseos y/o posibilidades, organizarnos, y convocarnos para un "entretenimiento". Y todos estábamos ahí, gente muy diferente en tantas cosas.

Acá es donde quería llegar: que maravilloso es el humano cuando quiere. Ver semejante parafernalia pensada para el goce de un arte. Olvidate si Queen te gusta o no, pero no se puede dejar de elogiar el grado de responsabilidad, de creatividad, de compromiso de todo aquello. No defrauda en nada. No "vienen a robar", como solemos decirle a los "ladri". Cientos de personas que aportan su conocimiento para cada detalle. Y pienso en el responsable de los láser, o el que estuvo atento a acercarle la guitarra de reemplazo cuando a Brian se le cortó una cuerda, o el que maneja el Robot que asuma desde el piso del escenario con el cantante en su cabeza, o el que se ocupa de poner en plena oscuridad una bicicleta en la punta del escenario a Lambert para cantar "Bycicle", o el que hace cocktails a la gente que espera para decidirse a ocupar su platea de una buena vez, o los y las acomodadores/as, o el que tuvo la obligación de que tremendo escenario -con forma de guitarra eléctrica vista desde arriba- esté armado en fecha y hora, o aquel que en determinado momento le acerca al actual líder una cámara GoPro con su palito de selfie para que transmita a un gigantezco mural pantalla lo que ve, y el director de esas 5 o 6 cámaras ponche las correctas, incluso cuando Mercury canta a duo con May, en sincronismo perfecto, y desde el más allá, una canción emblema como Love of my Life. Y que te emociona al borde de las lágrimas.

Eso me maravilla. Todo armado para la diversión, para el disfrute.
Antes la industria del espectáculo, fue muy bastardeada. Muchas veces, con razón.
Los artistas eran mucho menos "importantes" que los médicos o los abogados.
Es un placer enorme lo que un trabajo profesional logra. Me sorprendí a mi mismo descubriendome con una sonrisa amplia y simple pero auténtica. Reaccioné un par de veces abrazando o palmoteándole la pierna a Nico, sentado a mi derecha, en claro gesto de decirle "gracias" a la vida por estos momentos. Que curan muchas heridas, sacan afuera penas y dolores.

Y si un momento -porque es así, si queremos ser estrictos, apenas un momento de unas dos horas apenas- logra que te sientas feliz de una parte de la raza humana que, más allá de que sea su trabajo, su medio de vida, permita que se graben instantes así en tu limitado cerebrito. Así, la cosa cierra.

Olvidarse de los problemas, de los hdp que siempre habrá, de los que no entienden el juego y de los que piensan más en ellos, en vez de que el otro esté un poquito más feliz, es algo muy difícil. Lo sé y tampoco le escapo a esa parte de la realidad.
Pero hoy, ahora, me quedo con mi sonrisa, con el "Gracias" dicho desde el corazón, y con todo lo lindo en una vida con tantas cosas feas que siempre también habrá.

Pastillitas:

#El estadio, para partidos de Hockey sobretodo, es fabuloso. Los accesos, antes de ir a tus butacas, tienen restaurantes, puestos de cerveza, de cocktails, de vino.
#Vendían remeras de Queen a 45 dólares, que por Amazon deben estar a menos de 15. El Programa Oficial, a 30 dólares.
#A la entrada te revisan todo. Te piden que entres sin nada en los bolsillos, para pasar por el scanner y ponés todo, como en los aeropuertos, en bandejas que son revisadas.
# Adiós a los encendedores (por más que Nico me diga que vio dos) el feedback lumínico es con las linternas de los celulares, como se ve en una foto.
#Es tremendo -insisto- como comen los yanquis. Mucho y a veces ni les importa siquiera que esté sonando Rapsodia Bohemia para levantarse para salir de su lugar.
Delante mío había un chico que seguramente fue obligado por su madre. Se la pasaba con el celular chequeando Instagram! Me imagino a su mamá queriendo transmitirle algo de lo histórico para el Rock que era el evento. Y estos son los que terminan escuchando a Justin Bieber después...
# Lo que imaginamos un caos de tránsito a la salida, fue todo perfecto, aceitado, con policías sincronizados que hizo que tardaramos un tercio en volver a casa comparado con la ida.

No tengo ni idea como sigue la historia, pero les pido que no se vayan, que ahora viene lo mejor...