viernes, 7 de julio de 2017

Nuevas crónicas, número 13

Nuevas crónicas, número 13
Breve.
La noche de los fuegos artificiales fue muy argentina. Mientras gringos, mexicanos, indios y cuanto otro extranjero revoloteaba entre sus BBQ (barbacoas) y cerveza tomada después del horario permitido, nosotros (Nico, sus compañeros, sus esposas, algún bebé -ya yanqui ella- dos perros (re yanquis, que ladran en inglés, obviamente) y Delia y yo) disfrutamos algo más simple: Hamburguesas al estilo tradicional, con queso, lechuga, y alguna que otra cosilla.
A las 21:30 empezaron los fuegos. Cómodamente instalados en lo que sería un palco casi privilegiado no contamos con un pequeño detalle: un árbol justo justo delante de la plataforma de lanzamiento de dicha pirotecnia... Por tal motivo, chau balcón patio terraza y fuimos unos mas cerca del vulgo. Todo esto debe ser un castigo por los que puse en mi crónica anterior donde me burlé de los gazeberos que se pasaron todo el dia aguantando en un lugar del parque. Como diría mi abuela, Diosito me castigó...y arrastré al resto de los presentes. Pero como creo que ninguno de ellos leyó mi crónica, zafo del escarnio público.
Hay un dato extra, que deberíamos tener en cuenta para el próximo 4 de julio (aunque yo dude que venga de nuevo tan pronto) da como la impresión -y más también- que la verdadera fiesta de este atardecer, con polvora y explosiones a lo loco, no es en Foster City, sino en la ciudad vecina, "Redwood City".
Esto va a cuento que ya el año pasado, mientras en Foster los fuegos hacían pin, pan, pum, a apenas unas millas de distancia (a lo largo y también a lo alto) en Redwood hacían ratatatatatatatatata, repumpinpanpum, boom, boom, boom, fsssssssplummm, fisssssplummmm y rattatatatatatata de nuevo...o sea nos garcaron por segundo año consecutivo. A aquellos que tontamente imaginamos que el año pasado le había mojado la oreja a esta ciudad y ahora si, agarrate redwood city, lamento desilucionarlos tanto como nos pasóa nosotros.
Igualmente ya quedó en el pasado, despues de media hora de un fuego atras del otro con un intervalo de "miren este, que cuando se apague, recién ahi prendo el siguiente" convirtiendo algo apoteósico (orgásmico según alguna vez una amiga española me definió su momento de climax, comparándolo con la Mazcletá española) (y creo que me fui de tema, mal) ¿en que estaba? Ah! Si...algo orgásmico convertido en las simple cañitas voladoras que arrojaban mí cuñado Nestor y mí hermana Marta en Bariloche por los años 2000 -sin desmerecer, claro- cada 31 de diciembre.
Luego de eso, seguimos en una charla típica de gente que ya no es adolescente, pero recordaban sus momentos de estudios, alrededor de una mesa ratona, compartiendo relatos de sus anécdotas universitarias....
Me quedé al margen, escuchando. Apenas estuve a punto de aportar que "en mi época" para rendir examen, cuando uno no quería estudiar mucho, recurría a los Resúmenes Lerú -a ver quien lo recuerda- pero escuchar que ellos ya usaban un sitio de Internet que se llama "el rincón del vago" me decidió a quedarme calladito, autoexcluído, disfrutando de los excelentes brownies elaborados por la dueña de casa.
Así fue, sin mucha trasnoche, ya que temprano al día siguiente todos ellos volvían al trabajo en Oracle después del feriado.
Muy lindo grupo, muy simpática gente, donde se siguen las tradiciones del país de origen, y donde encontré interlocutores para despuntar el vicio de hablar de futbol también.
Amigos: necesito de sus aportes, de sus consultas...una crónica sin comentarios es como una cena sin vino, una pasta sin queso, o una cama sin mujer (creo que esta frase era francesa...) así que escriban, compartan y no se olviden: ahora viene lo mejor...




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