lunes, 17 de julio de 2017

Nuevas crónicas, número 15

Nuevas crónicas, número 15

Viví 25 años en Bariloche. No es poco.
Vi un millón de veces la película "Hechizo del Tiempo". La del día de la marmota.
Capaz la viste. Sino buscala que debe estar gratis en mil lugares.
Allí el protagonista despierta un dia -no te voy a contar la peli- y los locutores de la radio dicen algo así como: "hace frio afuera...amaneció nevando." Otro le retruca: "¿Hace frío? Bueno...ESTO NO ES MIAMI BEACH"

San Francisco es muy lindo. Realmente lindo. Sus construcciones, las casas tan variadas y típicas, los paisajes, la gente. Y sus playas...anchas, puras de arena y un mar Pacífico -solo de nombre- que impacta....pero ESTO NO ES MIAMI BEACH.

Creería que siempre hay viento en San Francisco. O  casi siempre. Por momento pinta que no. Que va a estar calmo y hasta sofocante. Pero no. Al rato, tarde o temprano, hay viento. O neblina. Nunca me llovió. Pero viento, casi siempre.
Igual que tantos días en Bariloche. Igual que tantos días en La Paloma. Me sigue. Le escapo, porque te juro que le escapo...pero el viento me sigue.

Ayer estuvimos disfrutando de un buen rato sin viento en un lugar que, si venís, tenés que conocer: Ocean Beach, pero para los amigos es más conocido como Lands End...o sea "El fin de la Tierra" o "La costa termina acá" o "Después de esto te caés al agua" o cosas similares. Claro, bautizada así supongo que antes del Golden Gate Bridge...Es una mezcla de playas anchas como un buen abrazo y acantilados como para el crimen perfecto. Al final nomás de la playa hubo, desde 1896 y hasta mediados del siglo 20 unos baños públicos tre-men-dos. Gigantes, de un tal Adolph Sutro, con un lujo de aquellos -si encontré foto en google, podrías estar viéndola más abajo- una construcción como la estación de Retiro, solo para 6 piletazas fabulosas, alguna de agua calentita, al borde del mar. Quedan ruinas. O ni siquiera. "Un" fuego a poco de haberse cerrado, por altísimos costos de mantenimiento, y con comprobada intención de mentirle a la compañía de seguro, lo desapareció todo en 1966.

Ah! Antes, apenas entrás a la zona de paseo, encontrás una Giant Camera...¿que viene a ser? Bueno, pongamosla en contexto: esta es de 1946, pero rememora la original de 1896. Cuarto cerrado y oscuro que con un sistema de espejo parabólico refleja toda la costa que tenés ahi nomás sobre una especie de mesa. Es un hallazgo de la física. Es como un paneo de una cámara de video de lo que pasa afuera, a dos metros de distancia, mucho menos luminoso que la vida real. Tiene un valor histórico interesante. Pero 3 dólares es un choreo. Ok...valor histórico...pero es caro. Si, si, ya sé...los orígenes de la fotografía y todo eso....pero son unos ladris... Desde 1946 a 3 dólares por cabeza, con algo que no funciona ni a nafta, ni luz tiene adentro, recontra negoción para los miles de turistas que pasan y entran ahí. Pero es histórico y lo pagás. Y es interesante.



Pero es un choreo.


Obvio que tenés un shop que le hace gran honor y mil cosas para llevarte, como buzos y remeras o cartas que adivinan el futuro (?) o llamadores de pájaros, o posters, pines y mucho muchos libros con estas historias y otras tantas de los parques nacionales de EEUU.

Y hay varias caminatas posibles, muchas "al borde del abismo". Son seguras y recontra fotografiable, sobre todo cuando entra en escena el famoso puente anaranjado. Son senderos cómodos. Tan cómodos que están llenos de gente. También, como zona de naufragios hay referencias a más de trescientos buques que se hundieron allí: peñascos gigantes, imposibles de esquivar antes de los faros, inundan el lecho.

Al final, que no fui, podés llegar a una playa nudista. Ya voy a ir. Al menos para conocerla (no dije ir a ver, dije conocerla, no sean mal pensados) (aunque razonando, viento frío y desnudismo no se si conjugan juntos...)

Esta tarde de Ends Land la hicimos junto a una gran pequeña familia: Karen, Ariel y Manu. Matrimonio e hijo amigos de Nicolás. Ellos, argentinos también, están en una aventura similar a la de nuestro hijo: vivir y trabajar en SF. Genios totales. Sumamente agradecidos a su amistad, como si fuese de siempre. Muy linda y gente. Buena madera se solía decir.

De ahi, ya con el viento antes mencionado, por no decir un frío de aquellos y como corresponde, subimos al auto cruzamos media ciudad. Ahi notás que es muy grande. Parecía estar ahi nomás del mítico Pier 39, el muelle que ya conté, que es de puro ámbito turístico, muy activo, con esos aromas, que aunque te hayas comido un lechón al spiedo, vas por ahí, y te dan ganas de comer algo. De tentado nomás. O una cerveza. O algo de mar. O un miserable pancho al menos. Y hay viento acá también.
A metros de tantos locales muy atractivos por la originalidad, entramos a un Laberinto de Espejos. Con Delia ya habíamos ido a uno el año pasado, pero da perfecto para repetirlo. Apenas 5 dólares -comparado con los precios de otras atracciones que lo triplican o cuadriplican generalmente- es muy interesante. Sin duda en el consciente o inconsciente de muchos debe estar esta imagen que en tu mente puede haberse verse repetido montón de veces: no encontrar el camino que te lleve a una salida, buscar y chocar una y otra vez con lo mismo, creer que estás con alguien real y descubrir que es falso, mirar para el lado equivocado, y tantos otros paralelos con la vida misma.
Está muy bueno, y te vuelve el alma de chico aventurero.

Eso si, si hay un trabajo que no quisiera es el de limpiar tantos espejos al final del día. Más allá que te dan guantes descartables a la entrada, para engrasarlos lo menos posible, es tremendo lo que tanteas para no hacerte moco contra vos mismo. No es fácil salir. Tampoco es imposible, obvio. Me gustó mucho. Y ahi confirmás aquello que los espejos agrandan un ambiente. Esto debe ser re chiquito y parece un palacio con sus arcadas multiplicadas de a cientos.

Al final de la tarde terminamos en la casa de "los Cohen" donde nos agasajaron con una sabrosa cena y melancólicas historias de infancia y adolescencia. Nosotros somos un par de décadas mayores pero tenemos muchos temas en común. Fue realmente delicioso. Es que los ingredientes de esta pequeña gran familia son muy naturales.

Debo mencionar también que jugué -perdí varios y gané uno- a un juego de mesa tipo metegol muy raro. Con imanes y una pelotita. Se llama Clask y parece que atrapa a varios.

Anochecer de un día agitado...(lindo nombre para un tema) pero a no desesperarse...ahora viene lo mejor.

Compartan y sepan: todas mis crónicas están en Mai inglish is bad... Mi blog de este viaje a San Francisco y sus alrededores (incluye Orlando con Disney y Universal)
























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