lunes, 17 de julio de 2017

Nuevas crónicas, número 18

Nuevas crónicas, número 18
Todos sabemos que tengo lectores intelectuales, bohemios, de paladar negro, artistas y/o cultos, tal como me ufano de ello.... Entonces todos ellos sabrán de que se trata el MoMA...
Seguramente, claro, sepan que el gran Museo de Arte Moderno (Museum Of Modern Art) es muy conocido por el de New York. Pero sabrán también que en San Francisco tiene una sede de la gran cachucha...
Esto lo explico para los pocos que aún no lo sepan, en mi habitual sección "Arte como para mandArte la pArte"
El tema es que hoy, acompañados por Los Cohen (ArielKaren y Manu) pudimos ir a un emblema mundial del Arte. Y ahora, hablando en serio, si de arte se trata, sé que muchos saben a que me refiero: uno de los museos mas importantes del mundo, o una galeria diría yo, para ser mas precisos.
No soy un conocedor ni un fanático, sin embargo, una vez un profesor de mi facultad nos enseñó que no "hay que saber" de cuadros: simplemente lo mirás y sentís si te gusta o no, si te transmite algo, si "te mueve algún gatillo" delante de su presencia. Y punto.
En este tremendo y hermoso edificio, de una manzana y 7 pisos, si te ponés la palanquita en "ser sensible" te mata. Estás delante de genios históricos de la pintura. Y hoy, ahora, en estos días, hay una muestra de Munch, el autor de aquel cuadro que se llama "el grito" y que creo que hay un emoticon en su homenaje.
Ver arte es ponerse en la situación del artista. Munch tuvo una vida de merda. Vivió desde 1860 (aprox) hasta 1944, (aprox también). Y pintaba lo que sentía, lo que veía, lo que vivía. Entonces, casi con sentido fotográfico, (muchas parecen selfies de época) sus cuadros son muy crudos. El tipo no es una oda a la alegría, pero sin embargo emite energía. Hay dolor. Pero no tan diferente a tantos sufrimientos por los que todos pasamos: muertes, enfermedades, desamores, pero que uno no se pondría a reflejarlos así ni aunque quisiera.
No voy a hacer una crítica de Munch. No soy quien. Pero si quiero contar que el MoMA te permite eso: mirar y verte. Y mas de una vez te descubrís mirándote a tu interior, como una especie de "yo pasé por eso"
Y ahi está el famoso feedback o retroalimentación con el artista.
Mas abajo hay fotos pero -lamentablemente- no es lo mismo que estar ahí.
Munch es LA estrella en esta temporada acá, pero el museo además tiene mil artistas más: los hay geniales, donde pensás ¿como hizo esto? ¿Cómo pinta así? y tambien los hay "¿de donde salió este chorizo, convenciendo a Don Moma, que un chapón de lata de 7 metros por 4, (pulido, eso si) es arte...?"
Pero como en la variedad está el gusto, ahí si querés seguís de largo, y ni siquiera se te pasa por la cabeza volver a la zona de venta de entradas y decirle "che flaco, descontame lo del chapista, que ESO no es nada"
Pero que hay genios, los hay. Y muchos ni a vos ni a mi nos suenan. Pero se hicieron merecedores de estar en este templo. Hay cuadros, que, como te dije antes, te movilizan: sentir que "está lindo" ya es muchísimo. Y si te ponés a analizarlo, aún sin saber demasiado, ya estás dejando que te produzca alguna emoción. Y pasa. Te lo juro.
El museo es gigante y no da para mirar todo en una tarde. Y es una pena. Inevitablemente te vas agotando de caminar y poner atención. Pero creo que también te deja con ganas de más, y uno entonces se promete volver.
Karen sabe mucho y su explicación ayudó a comprender más. Así los colores, los trazos, los momentos cobran otra dimensión. Una cosa es ver un cuadro de una persona moribunda y otra saber que es un autoretrato, viendo como el moribundo se veía ante la próxima muerte, por ejemplo. Eso digo como de "mirar más allá" del lienzo.
Seria larguísimo contar sensaciones. Y sería infructuoso tambien.
Te digo que no dan nunca puntada sin hilo y -como en Disney, y como en Universal- todo termina en un store de Merchandising con todo lo que se te ocurra: o sea "Muy interesante la agonía de un artista desvastado por la terrible muerte de su hermana enferma" pero acá te vendemos hasta el abrelatas "que él hubiese diseñado" de haber tenido un buen jefe de prensa....La Biblia y el Calefón...¿te suena?
Eso si: son todas cosas bellísimas, de altísima creatividad. Y te llevarías todo.
Pero en general, es carito.
Cuna del arte, catedral del diseño, y cosas así es el MoMA.
Mirá las fotos y mis comentarios. Nada tiene desperdicio.
Un lujito haber podido conocerlo.
El sábado terminó a full, con esta pequeña gran familia en casa, comiendo las espectaculares empanadas que hace Delia y que en San Francisco ni mamados se consiguen...
O sea que seguimos en la lucha, en la búsqueda...pero ahora viene lo mejor.
(Escribime y no cortes la cadena, sino una maldición te caerá...)



























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