miércoles, 2 de agosto de 2017

Nuevas crónicas, número 25

Nuevas crónicas, número 25
Ya estoy viejo para estos trotes.
No fue nada raro ni extremo. Solo turistear a mil. Pero estuvo re bueno.
De entrada bien temprano, luego de desayunar chocolatada fresca -afuera ya habían unos 32 grados- agarramos el auto para ir a un destino muy concurrido pero poco comentado: La Represa Hoover.
Este monstruo de la arquitectura, del año 1935, es un emblema de las construcciones yanquis. Junta agua del Río Colorado, que viene sisgzagueando precisamente por el que ya sabés: el Gran Cañon del Colorado. Y ahí lo exprimen para generar energía para el California. Mirá si será imprtante que California es el único estado (o "provincia" o "departamento") capaz de decirle a Trump y sus secuaces "Bye Bye, corto mano corto fierro" ya que produce todo como para autobastecerse como un país independiente...Grosso.
Después de media hora llegás a una estructura digna de las centrales abandonadas de la serie Los Invasores (los más jóvenes, a You Tube. No voy a contar las hazañas de mi amigo David Vincent)
Imaginate año 1931. Proponer una obra de cemento puro de 250 metros de alta por 200 de ancha arriba y unos 20 abajo. El motivo está en una hermosa escultura gigante muy muy Art Decó: "Controlar los suelos, navegar sus aguas, regar los campos, almacenar agua y ¡poder!"
Si bien con "poder" se refiere a la energía, el dibujito es una clara referencia a que, con esta monumental obra, le muestro al mundo quien la tiene más grande...(1935, recordá eso...el mundo estaba inestable después de una guerra y al borde de la otra)
Hoover, el presidente 31 la mandó hacer y se terminó después de su mandato.
Mucho turismo va de acá para allá. La vista es bellísima y sentís lo minúsculo que somos ante tanta guasada de geografía. Hay tours, hay recuerdos, hay muchos yanquis de todo el país, hay chinos, italianos, franceses, brasileños ¡y hasta un Uruguayo que reconocí por la camiseta manya!
Técnicamente puedo decir que estuve tambien en Arizona, además de Nevada, donde está Las Vegas. La represa divide y une esos dos estados, y yo pasé unos centímetros al de al lado.
Luego con una caminata muy breve, recorrimos el puente que ahora se usa para los autos -antes era la represa misma la ruta-'
Se inauguró hace nada...2010. Es "uhhhhhhh". Te da cosa llegar a la mitad y mirar. Sinvas en auto, es un puente más. Lindo y todo eso. Pero caminarlo y sentir el viento y la altura....¡mamita! Hay mil fotos, pero ante el tamaño nada entra en el chip del celular...
Saliendo pasamos por un pueblo que...a ver: imaginate un desierto a las 12 del mediodía, un domingo....¿como sería eso? Bueno, algo así. Tranquilo. L. Gente comiendo y afuera como si de un costado tuvieses 4 aires acondicionados de oficinas, pero del lado de afuera, con ese vaho de calor que te trompea. Y del otro lado, los motores de 16 colectivos larga distancia a punto de salir...o sea ¡calor muy pesado!
Visitamos un negocio que después te cuento y comimos pizza en una pocilga re canchera, de otra época, que nos repuso.
De ahí el objetivo era el Archi Recontra Conocido local de "El Precio de la Historia" de History Channel. Un negocio de empeños, de compra y venta, que fue tocado por una varita mágica que lo hizo conocido hace más de 10 temporadas. Como está bien hecho, atrapa y educa. Pero....
Y si...pero. Hay un pero siempre.
Es una pedorrada.
No está malo. Pero desilusiona. Uno se imagina algo con más onda, con cosas más copadas. Y no. Es bastante solemne. Las cosas que expone son grossas pero caras y aburridongas.
Todo bien. Rick y sus muchachos ni pintan por el lugar y te tenés que conformar con una foto con una gigantografía.
¿Que pretendía? Algo como el negocio que te dije más arriba que te iba a contar: antigüedades que tengan algún significado para mi. Cosas que haya vivido o conocido. No un casi museo. Y en este lugar, hay de todo. Ahí afloraron recuerdos. Me acordé de mi papá, de mi abuelo, de mi hermana...cosas que eran re lindas, de otra epoca. Esos carteles de Coca, muebles de madera, relojes....más mío aue un cuadro de Picasso o fotos de Marylin. Son gustos.
Ahí estábamos a metros de otro emblema. Lo explico.
¿Te acordás de esa imagen de neón, de un cowboy de camisa cuadrillé que saludaba? ¿O del cartel de Golden Nugget? ¿O de alguna película muy vieja de Las Vegas? Si es ¡si! tu respuesta, te digo que es Las Vegas no es el que te conté ayer, sino éste. La calle Freemont fue la primera. Más chica, más angosta, mas antigua.
Ahora es como una calle Florida, techada y con aires -apenas- de su éñoca gloriosa. Hay negocios de recuerdos, tantos como mujeres casi en bolas ofreciendo "vaya a saber que". También un señor en situación parecida. Se te acercan y como mi inglés es malo, no sé que pretenden de mi.
Hay un cannopy bárbaro para volar de punta a punta sobre toda la extención de esta emblemática calle.
Tiene lo suyo.
Están en una etapa -evidenciada en carteles de obra- de "re inventar la Freemont"
Sodoma y Gomorra, supongo, agradecidos.
¿Más? ¿Querés más? El día de hoy es como esa publicidad del desodorante, ya que parece de 48 horas.
Nos metimos un buen rato en una piscina espectacular, la del majestuoso hotel Flamingo. Quien lo creó, Bugsy Sieguel fue casi el fundador de Las Vegas así como es, como la ciudad del pecado que él soñó. (Mirá la peli "Bugsy")
Esta piscina, comparada con la de ayer, la de nuestro hotel, ésta es un bacanal. La de ayer, la de un geriátrico, la de hoy "pepepepepé". Minitas lidas, flacos musculosos, birra, música al palo, sin obligación de usar corpiño acá -único en La V- agua calentita y con leve sabor marino, .......y un poco más acá, yo.
No seas turro, no te rías. Que con mi barbita, mi pancita controlada y mi "mai inglish is bad" la remo bastante bien. Y el bronceado y algunas canas, ayudan.
A las 18 cierran TODAS las piletas...no sea que la bacanal se convierta en orgía, supongo...no sé. Muy temprano, cuando afuera febo asoma como si fuese mediodía....
Salimos asi nomás, con la malla húmeda - que se secó en fracción de segundos- rumbo a otros hoteles para disfrutar esas locuras y absurdos constructivos. Entre ellos el Luxor. Una pirámide egipcia que si te llama la atención desde afuera o desde el lobby, no tenés una idea de lo adrenalínico que es asomarte de un balcón del piso 22 (y tiene 30)
Subimos de caraduras para ver si se podía, si nadie nos paraba. Y llegamos a ese balcón al abismo. Dejáte de joder....un poco de miedo me dio. De abajo no parece. Valoro más el Luxor.
Así pasamos por el Excálibur, con su onda, luego New York New York, fascinante su recreación de aquella ciudad en los años 20 o 30 para su parte comercial. Ahí hay una montaña rusa que Nico y Delia arrugaron. (Si leen esto antes de irnos, capaz vayan)
Y el Aria, el Cosmopolitan, el Bellagio...y así. Todos están conectados entre si. O sea que solo salís al infierno para cruzar algunas calles. Cinta transportadora te lleva muchas veces, cosa de que camines más y no te canses a la hora de apostar.
Quedan mil cosas, que serán tema de otra entrega con aquellas pastillas. Nos queda hoy algo más tranquilo....pileta y recorridas nuevas.
Me están escribiendo poco...¿los aburro? Cuenten, comenten, compartan y recuerden....ahora viene lo mejor....






























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