miércoles, 23 de agosto de 2017

Nuevas crónicas, número 40

Nuevas crónicas, número 40
Cuenta regresiva. Una semana apenas.
Si. Todo lo bueno llega a su fin. Ya les hablaré de tristezas y melancolías. Hay para un año...
Pero mientras hay posibilidades de contar cosas lindas, vamos por ellas.
Como ya saben, estos últimos días, bajé la actividad. Son reuniones más caseras, más familiares que no dan para crónica. Sin embargo hoy retomamos las salidas.
Confieso algo: más allá de que sé que este país es muy grande, cada vez que me dicen de conocer tal o cual lado, digamos en las afueras de San Francisco, imagino encontrarme alguna vez con un "pueblo". Algo de casas bajas, de poca gente...algo digno de un suburbio ¿me explico? Mi tonta cabecita me dice "Jorgito, no puede ser todo gigante, a lo bestia"
Y mi tonta cabecita, tonta como es, se equivoca.
Al menos por acá, hasta una localidad que se llama "Tierra de los Robles" es una ciudad de la hostia, con más de dos siglos de vida y muchísima población.
Al menos espero un barrio...lindo, pero barrio...Y no.
Oakland queda acá nomás. Es de 1852. Y se llega cruzando en Puente de San Mateo, una construcción tremenda más allá de su simpleza: son 11 km de puente sobre el agua. Supo ser por la década del veinte, y cuando era ¡de madera! (Repito: 11 km) el más largo del mundo. Impacta. No terminás más de cruzarlo.
Ahora, desde 1967, es como es hoy. Y te deja ahí nomás de mi destino: el lugar donde está el estadio Oracle Arena, donde juegan los Warriors al basquet en la NBA.
Y pegadito está el otro coliseo, de Fútbol Americano, donde juegan los Raiders.
Fue imposible entrar. Una pena. No era día de visitas.
Al llegar a Oakland pasamos por un tunel subfluvial que nos dejó en la isla de Alameda. Chiquita pero no tanto: allí esta en Museo del Pinball.
Si...Pinball, las máquinitas conocidas como flippers, tienen un gran museo.
Aquellos que aman estas máquinas, que son un clásico, morirían acá: por el precio de la entrada, podés jugar a todas las que se te ocurra. Andan perfectamente bien, están muy bien cuidadas, te dan infinitas bolas y además está la historia de cada una. ¿Quien no soñó con una de ellas en el living de casa!
Las primeras, de madera son reliquias. Después vas viendo como evolucionaron los contadores, los laberínticos diseños, las pantallas...realmente muy lindo.
Hasta las más nuevas: Iron Man y Transformers. Obvio Star Wars, Indiana Jones, Piratas del Caribe, y un recontra ícono: el Monstruo de la laguna negra.
Podés pasarte el día entero...y para eso te ponen el sellito en la muñeca por si querés salir a comer y volver a enter...¡cosa que hicimos!
Despues te venden carísimo remeras medias chorongas y libros con esas gráficas inigualables.
Jugamos un montón. Hacía mil años que no le daba a esas palanquitas!
De salida de ahí, otra vez por aquel túnel por debajo del agua, caminamos por el centro de Oakland. Un referente histórico es el Fox Theatre. Esta zona supo ser muy under, con grandes hechos culturales medio hippones. (De Hippie...¿se escribirá así hippones?)
Edificios muy curiosos y a lo bestia, como dije antes.
Era el festival de Art & Soul. Y como nos pasó en San José connel festival de Jazz, llegamos casi cuando terminaba. Ufa!
Aquella época de vanguardia artística, y de viviendas económicas, muy cerca de un puerto quedó atrás. Ahora es muy caro vivir ahí, como suele suceder con estos sitios que antes no quería pisar nadie y ahora son re fashion.
Tarde de domingo tranquila. Lo que sí, a la vuelta era como volver de la quinta en Pilar y comerse un tránsito de locura. Y eso que mañana es el eclipse más importante de la historia de Eeuu, donde muchos largaron todo y se fueron lejos, para verlo mejor.
Comentario extra: los murales. Tremendas pinturas que te dejan con la boca abierta.
Y la otra: la diversidad étnica, mucho mayor a la vi en otros lados. Quizá aquí más negros que chinos. Algo que no había notado antes.
Y negras muy bonitas.
Bieno. Ultima semanita por estos pagos. Intentaremos poner toda la carne en el asador. Estoy feliz pero lloro por dentro de dejar a mi hijo...así y todo...no me abandonen...que ahora -lo intentaré- viene lo mejor...
(Buuuaaaaaaaaaa!)





















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