miércoles, 2 de agosto de 2017

Nuevas crónicas, numero 26

Nuevas crónicas, numero 26
Maratón de piscinas.
Después de desayunar, tardón, aprovechando las anchas camas de estos hoteles, las sábanas que siempre querré tener y el silencio y la oscuridad que envidio, salimos como para un día tranqui.
De entrada nomás, y como te conté antes, los hoteles, que parecen todos diferentes en realidad son de dos o tres dueños...o sea que la competencia no existe. Tenés que ver que te ofrece cada uno, o como es algún servicio...pero todos son muy parecidos en eso. Varía si es temático o las piscinas.
Nos decían que uno tiene libre accesos a los que son de la misma cadena. Pero lo más raro es que entramos ayer y hoy a varias y en ninguna te piden nada de nada. Solo revisan carteras o mochilas para que no entres nada de comida.
O sea, te alquilas algo bien barato y alejado. Te venís temprano a la pileta, y te la pasás como si estuvieses alojado, sin pagar nada. Está bueno saberlo.
Fuimos primero al del César Palace...¡que locura de construcción! Mirá las fotos...insisto con lo tremendo de las moles que hicieron. Son muy muy grandes. Y esa piscina es una guarangada de fanfarronería. ¡Hasta el puesto del guardavidas es un púlpito de piedra y mármol.
Era temprano y salimos de caminata... Lo primero fue el shopping del mismo hotel: voy a parecer un disco rayado: muy muy grande. Con LAS marcas. Esas que tantas veces escuchaste, algunas viste y otras capaz compraste...todas juntas.
Nada de eso está en oferta. Aunque si. Carteles de 50% off te hacen creer que van a estar regaladas...pero la mitad de algo muy caro, sigue siendo caro...tampoco te la creas. Un vestido de 1800 dólares a "apenas" 900 no está a nuestro alcance...
También vimos cosas de arte, joyerías y lujos similares. Lindo verlos, pero yo ya estoy bastante más allá de ese consumo: después del infarto, lo material me importa cada vez menos. Prefiero disfrutar emociones y no cosas. Pero aprecio la belleza de un buen diseño.
Pasamos por otros hoteles y caminamos mucho hasta llegar al legendario Circus Circus. Es famoso por tener una zona que parece una gran carpa que adentro alberga lo que sería una especie de parque de diversiones. Acá es donde más chicos vi. Hay montañas rusas, juegos varios, golfito, tejo, bowling y cosas así.
Imaginábamos algo un poco más también para grandes...
Buscando un pasillo encontré los salones de reuniones...y en uno de ellos estaba por empezar un almuerzo ¡de la federación argentina de Basquet! Buscamos a algún conocido, un Ginóbili o un Scolla, pero no, no apareció nadie.
Almorzamos liviano y le metimos tour de piscinas. Pasamos por hotel Encore y Aria...¡qué lujo por favor! Son tan delicados estos dos que te sentís incómodo. Deben ser los más elegantes y sobrios. Nada que ver con la exageración de todo, de los otros. Ah! En las piscinas de esos, no pudimos colarnos: pedían mostrar que estabas alojado ahí...pucha!
No suelo comentar de los baños...pero acá hasta saqué foto! Los inodoros tiene algo como lámpara personal, un aplique privado. Y el resto, super elegante.
Llegamos al que yo quería: al de París. Bañarte al pié de la hermosa Torre Eiffel.
No sé si será por mi apellido, pero toda la temática de este hotel me encanta.
Delia quedó más impactada por el arte del Venetian y el Bellagio. Yo con éste, que hasta tiene dos jacuzzis, como diría mi abuela del campo, con agua tan caliente como para desplumar un pollo...
Ahhh, las "carpas" especiales, a cambio de 50 dólares diarios, te dan sillones, cortinas para oscurecer todo, heladera para tus vituallas y Tv led con cable...un departamentito a metros de las piscinas.
Después de un rato, salimos a caminar. Terminamos comiendo para cerrar este viaje. Mañana nos volvemos a San Francisco y son como 10 horas de viaje.
Recordá que no vinimos a caer en el pecado del juego...pero unos dolaritos jugamos. Boludeando podés pasarte horas con un mínimo de plata y un mínimo de suerte. Ganar no ganas nada de esa manera, pero pasás divertido el rato.
Ésta crónica termina acá. Estoy con sueño.
Antes de cerrar la edición, dos cositas que me quedaron:
#¡Cómo se la perdieron Los Beatles por no ser más de esta época! A la salida del show de Cirque du Soleil, hay un shop de merchandising de la banda que no existía años atrás...lo que quieras de los de Liverpool...pero cuando digo cualquier cosa, es cualquier cosa...y con las tapas de sus discos alguien (¿los herederos? ¿sony? ¿Paul?) están haciendo fortuna...la gente compra todo.
#Un negocio que me encanta es Stupidiotic (¿comprenden? Entre Estúpido e idiota)
que está en aquel centro comercial de Nueva York ambientado a lo 1930. Vende estupideces. No son chascos pero parecen, como un porta porción de pizza para colgarte del cuello o gomas de borrar con formas ridículas. O remeras con textos muy graciosos. Voy a entrar en internet para mirar tranqui y comprarme algo.
#Hablando de chascos o regalos de ese estilo yo ya conocía (había en Las Grutas muchos años atrás) unos chops de cerveza con la forma de una teta rellenita. Tiene un agujerito en el pezón y el chiste (oh...que chiste!) es tomar de ahí como si fuese de verdad y que los demás se rían...ok...eso está. Lo que no había visto era la otra versión, donde el chop tiene como mango un pito. Digamos bastante grande y detallado. También con un agujerito en la punta...¿la verdad? Y...es muy fuerte como para regalarle a alguna conocida...tiene que haber mucha confianza, jajaja...
#En una muestra de cuadros, y en otra de fotografías nos prohibieron sacar fotos. Con el celular incluso. Temen que viole la propiedad intelectual y sus derechos, me dijeron...(?) ¿con un celular? Y en El Precio de la Historia nos prohibieron filmar. Si se puede sacar fotos....andá a saber que quilombo les podrás hacer.....
Luego se las amplío, agrego pastillitas ...pero no se vayan, eh? Opinen, consulten y compartan... Ahora viene lo mejor....





















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