miércoles, 23 de agosto de 2017

Nuevas crónicas, número 39

Nuevas crónicas, número 39
Pastillitas breves...insert coin...
Acá te dan muchas monedas. Muchas.
Casi como en otros países, con la diferencia que, como se paga casi siempre todo con tarjeta, cuando las recibís de un vuelto, van directo a un frasco. Pensé que era algo de películas. Creo que la última vez que yo usé una alcancía tenía 5 años...
Y Nicolás tenía un montón de monedas en un frasco...
Casi todas de un centavo, otras de cinco centavos y otras menos, de diez.
Las de 25 se las queda él para tener, en el auto.
Le dije que podría llevarlas al banco y me dijo: "Llevalas"
Pasaron varios días hasta que me acordé. Un día metí el frasco en la mochila y cuando pasamos por un Well Fargo, entré.
Con mi inglés medio raro le dije al cajero que tenía muchas monedas en la mochila. Pero pareció que mucho no le gustaba la idea de que le mostrara lo que tenía.
Como que prefería que no hiciese ningún movimiento raro de sacarme la mochila de la espalda, abrir el cierre y sacar vaya a saber que.
Ahí me puse en su lugar y me dije: este tipo podría imaginar que este barbudo (bueh, tampoco tanto), agarra y saca un arma...y así actuó. Me insistió en que no, que no quería ver nada, como tranquilizándome. Yo estaba recontra calmado.
Y me dijo que las monedas debo llevarlas en rolls, o sea acomodaditas en cilindros.
Y para eso me dio papelitos especiales para rolls de monedas. Con el valor de cada una.
Volvíamos y pasando por un supermercado, de casualidad, veo una máquina que te acepta las monedas para: a) cambiar por billetes en efectivo, b) para canjearlo por un vale del súper, c) para donarlas a la caridad y d) algo más que no me acuerdo.
Estaba bueno, pero la máquina te avisa: te cobra un 11,5 % por ¡contarlas!
No era mucho el monto que teníamos, pero de ahí a regalar plata, menos que menos...
En casa las empaquetamos, contando tres veces cada cilindrito. Me imaginaba que feo podría ser que ellos lo cuenten y que un mal cálculo les haga creer que uno los quiso pasar, a ellos, a un banco...
Juntamos la increíble fortuna de ¡22 dólares! Que acá es mucho...una remera más o menos buena, por ejemplo. (O tres muy pedorras)
Al llegar al banco - a otro, más cercano, pero Wells Fargo también- el cajero nos recibió como si todos los días le llevara monedas. Vio los rolls y me preguntó: ¿son 22 dólares?. Asentí y al toque me dio dos billetes de diez y dos de dos. Y un "have a nice day" para despedirme.
¡No los contó! ¡Ni los abrió! ¡Confió ciegamente!
Ojo, yo no imaginaba engañarlo...¿pero si encima le estaba dando de menos? ¿Eh?
Bueno...voy a probar hacer algo así en Bs As o en Rocha...a ver si me tienen tanta confianza....
El tema del dinero tambien me sorprendió en algo impensado por nuestros lares: compré dos lámparas que Nico necesitaba. De bajo consumo, normales.
En el packaging -hay foto- impreso a todo trapo, muy bonito, dice que esa lampara consume el equivalente a un dólar con cero ocho al año...Ese cálculo es posible gracias a que las tarifas son tan pero tan estables año tras año que pueden asegurarte el consumo.
Con la luz aumentando tan seguido, allá en el sur, ese embalaje es imposible. Estarían tachando y corrigiendo.
Una más y me voy: Barnes & Noble, la cadena de librerías más grossa de esta zona. Gigantes, donde lo que no está, no existe. Tipo El Ateneo de Bs As.
Sección Internacional, para turistas, con libros y libros de los países del mundo...
En tres que fui NUNCA ENCONTRÉ NI UN SOLO LIBRO DE URUGUAY.
A ver Ministra Kichichián o a quien corresponda...una pena que algo que debe existir, sin duda, no esté presente en semejante cadena...yo, más, no puedo hacer...
....eeeeeeeeesto es todo amigos....( ¿se dan cuenta que estoy imitando a Porky, en el dibujito animado cuando termina?)
Pero no muevan ni un dedo, salvo para compartir y opinar...y no se vayan que ahora, al final del frasco, viene lo mejor....





No hay comentarios.:

Publicar un comentario