jueves, 31 de agosto de 2017

Nuevas crónicas, número 43

Nuevas crónicas, número 43
¿Viste cuando se te acaba el dulce del tarro? ¿De ese que más te gusta?
¿Y que te faltan un par de cucharadas para untar las últimas galletitas?
¿Que hacés? Metés la cuchara hasta el fondo, o un cuchillo, con tal de raspar hasta el vidrio, para no dejar nada antes de tirar el frasco...
Bueno, más o menos así son estos tres últimos días antes de partir.
Primero que nada, saludo a uno de esos lectores que me voy enterando que me siguen, pero "no se mostran"...hoy a Patricio Barletta, otro argento que vive por acá...Gracias Pato! Como a tantos otros tímidos...son un montón de seguidores!
Tanto por acá como por el blog.
GRACIAS totales.
De pura verdad
Ahora sí, a lo nuestro...
Hoy estamos en San Simeón. Como a unas 5 horas en auto -y al sur- de la casa de Nico en San Francisco. Bueno....5 horas si veníamos derechito...pero paramos en varios lados antes de llegar.
Mañana les contaré de este lugar. Ahora vamos a hablar de los puntos intermedios.
Primera parada: Monterey.
Si, así, con una sola R.
Monterey, porque los yanquis, igual que la Ñ, o los acentos, que no dan pie con bola, tampoco pueden pronunciar la RR.
Pobres.
Es una ciudad con gran muelle, llena de veleros, casas antiguas de Españoles, Franceses, Chinos, Polinesios, etc...
Y se ufanan que Steven Dickenson, autor de La Isla Del Tesoro, vivió acá.
Es cierto...estuvo...¡pero apenas tres meses!
Por ende, donde paró, es histórico.
Y acá viene un datazo que muchos ignoran.
AGARRATE.
California fue, durante 6 días, de la Argentina.
Si, no estoy borracho.
Durante 6 días flameó acá la bandera argentina. Y si la historia hubiese otra, gracias a Hipólito Buchard, un corsario oficial de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que invadió el fuerte de la que era, en ese momento, Monterrey, Capital del Estado de California, hoy vaya a saber como estaría todo esto.
Es interesantísima la historia de este aventurero. Googleenlá.
La cosa es que yo tenía el dato, y me intrigaba poder averiguar algo más...y hoy lo comprobé en el mismísimo museo: por un cachito así, hoy no estuve en mi país...un cachito así de grande, je...vean la foto de las banderas que flamearon en aquel fuerte, por si no me creen...
Además el lugar hoy tiene un puerto hiper comercial, simple, pero muy colorido.
Y el Acuario más importante del mundo. Recontra conocido.
No teníamos tiempo hoy, así que queda para otro viaje...( si vengo cuando tenga 65 años pagaré más barata la entrada, que es bastante cara)
De ahí hicimos un recorrido denominado como "el paisaje costero más lindo del mundo". A tal punto que hasta te cobran la entrada. Es bastante nuevo el circuito, unos veinte años, casi como un barrio cerrado al borde del mar.
Los puntos ideales para parar y sacar fotos, tienen nombres.
La anécdota graciosa era traducirlos. Como Seawood, madera del mar, o madera marina, o mar dera....o Point Joe, como Punto Show, y que show habrá hecho Joe...pavadas así....ok? Iba todo bien hasta que llegamos a Fanshell.
De entrada me salió lo de ventilador (por Fan) y concha (por Shell) ...o sea Concha Ventosa. Traté de imaginarla.
Pero ventosa por viento, no por las cualidades de una ventosa...¿o si?
También Fan podría ser por fanática...pero ya sería otra patología...¿no?
Lo confieso: Los acantilados, las canchas de golf y las casas, son TRE MEN DAS.
Varios kilómetros que incluyen a otro lugar recontra super hiper concheto: Carmel by de sea. O simplemente Carmel.
De dste lugar fue alcalde, dos años, Clint Eastwood (madera del este, si seguimos traduciendo)
Balneario CARO. Todos los negocios son lujosos. Todas las casas imponentes.
Creo que hasta mirar te lo cobran.
Si ven la serie de HBO, Big Little Lies, con Nicole Kidman y Resse Whiterspoon, la verán. Ocurre acá.
Es realmente hermosa. Las calles, los carteles, los restaurantes...Nivel Nivel...y yo con este look de ¡Muaaaa! ¡No me quiero ir!
Eso si, mi remera de Mai Inglish is Bad fue sensación. Decí que estoy con Delia y Nicolás, que si me agarra más joven y solo, te aseguro que es un excelente arma de levante...(no quiero entrar en detalles para no fanfarronear, pero tengo testigos que lo confirman)
Lo que si es terrible de este lugar es que NO HAY UN PUTO LUGAR PARA ESTACIONAR.
Es imposible. Hay demasiados autos en EEUU. y acá hay más que demasiados.
Eso es un embole. Y encima estacionamiento pago. Y cada año, más autos.
Caminamos disfrutando. ¡Que bien pueden hacer un lugar turístico! Todo es lindo.
El lugar, Carmel, hace honor a las Carmelitas. Y hay una iglesia, como corresponde.
Dos datos que me chocaron: el edificio, de 1700 y pico, está todo descuidado...pero con tanta onda que parece descuidado a propósito. ESTÁ DESCUIDADO A PROPÓSITO. A mi no me engañan.
O sea que está así por interés. Una iglesia, papá...Encima por cualquier recuerdo en la santería "oficial" del lugar te arrancan la cabeza hasta por una estampita...
O sea: venden para mantener el lugar. Pero si lo arreglan ya no quedaría atractivo para vender. Y por ende no lo arreglan....¿me siguen?
No sé...cosas de la iglesia - que es preciosa aún en su "supuesto abandono" -o paso del tiempo- que no me cierran

Salimos y la idea era hacer el viaje hasta San Simeón (no confundir con el Cholo Simeone...) haciendo la ruta 1 -, directa y toda bordeando el mar- .¡pero está cortada en varios sectores! O sea que tuvimos que ir por una autopista -la 101- nada atractiva.
Igual avanzamos por la número 1 unos cuantos kilómetros -que tuvimos que desandar luego- para conocer un puente histórico, de 1932.
Bellísima vista. Los ojos bailaban gozosos de paisaje celestial.
Y otra vez la recurrente inquietud...¿me podés decir como en aquellos años -el mismo que construyeron el Golden Gate- hicieron tamaña obra? Si uno se pone a pensar eso, con tantas limitaciones, te maravilla más el talento de aquella gente. Una locura.
Una locura total.
Ya a las casi 12 horas de haber salido de casa, llegamos.
Largón se nos hizo.
Manejé un tramo y las rutas y la conducción son un placer.
Tiempo para hotel y caminar al mar. El océano Pacífico, de aguas heladas, nos regaló un atardecer de sol amarillo furioso, pero gentil.
Momento para meter en una cajita de cristal, para ver en días grises.
El asunto es que llegamos acá para conocer ¡un castillo! Si!
Pero eso se los cuento mañana...no tiene desperdicio, me parece...
Por eso, no se vayan...ahora, al final del tarro, viene lo mejor...
Gracias, los quiero a todos un montón.
Escriban che!


























No hay comentarios.:

Publicar un comentario