Nuevas crónicas, número 30

Nuevas crónicas, número 30

Sacramento es una ciudad ancha.
Ancha y rara.
Si ya partimos de que sea el día que sea, la temperatura es tremenda, que no baja de los 27 grados, te das una idea.
Con esa fama de infierno te imaginás un desierto...y no. Tiene muchísimos árboles. Mucha -e inteligente- sombra.
Al ver las autopistas recontra cargadas imaginás callles re enquilombadas...y no.
Calles tan anchas como si fuesen avenidas, todas. Con un sistema vial recontra ordenado.
Te imaginás que, como Capital del Estado de California, debe ser un quilombo de gente por todos lados...y no.
No vimos gente casi...o sea...si, vi gente, pero no tanta como para decir ¡la mierda que maremagnum! No...ni ahí.

Llegar es raro tambien, porque el mayor tiempo del viaje está en salir de San Francisco. Después todo es normal. Y mientras en el auto vas comodísimo con aire acondicionado, vas viendo como sube la temperatura a medida que llegás. Y cuando bajás agarrate, es una trompada de calor sofocante. Y eso que hoy está lindo, je.

El primer destino fue el Viejo Sacramento, o la ciudad vieja, o "acá empezó todo"
Y acá también vale lo de raro...resulta que este hermoso pueblo del "lejano oeste" hermoso en serio, tiene un estilo tan New Orleans que no entendés. Realmente bello el circuito turístico, con negocios y restós muy simples y copados, a la vera del río "de los americanos"...pero es raro que sea tan parecido a uno del este siendo del oeste...¿mese explico?
Y otra cosa rara es lo que le pasó a este primer pueblo: todo bien hasta que surge la hiper conocida fiebre del oro...se llenó tanto tanto de gente que quedó totalmente destruida.
Pero sucedió algo más raro: pudieron reconstruirla toda porque ¡tenían los planos de cada casa! No me digas que no es raro.

Está el museo de los trenes...ya se paga el viaje. Hay cada tren que te morís. (Siempre y cuando te impacte el tema trenes, sino no) es realmente fascinante ver esas máquinas -incluso una de las dos mas grandes del mundo- en un estado excelente, ambientadas como nuevas y relucientes. Hay un coche privado, de un ricachón de los 1800 que lo tenía como quien hoy tiene un jet propio. El tipo lo enganchaba en el tren que hacía New York - San Francisco (6 días y medio de viaje) y viajaba a todo culo con comedor, habitación, ¡salón de juegos! Cocina y baño...mientras en otros vagones del mismo tren, a metros nomás, ni preguntes como iban...
También uno casi idéntico al que iba a Bariloche, al menos cuando me casé...que sigue funcionando mientras acá son piezas de museo.
Y algo no raro, pero si pintoresco: TODOS los guias son gente re viejita, ex ferroviarios. Se les nota la pasión, que nunca perdieron. Emociona su energía por seguir en lo suyo.

Lo importante del lugar como para que digas ¿porqué aca un museo del tren? Es que cerca, un día de 1869, construyendo las vias, unos desde la costa este y desde la costa oeste "coincidieron" al encontrarse, con una diferencia mínima. Se festejó como se ve en una foto y en una pintura divinas. Aplauso, medalla y beso.
En una palabra: Museaso!

Salimos de ese viaje en el tunel del tiempo y fuimos al Capitolio de Sacramento. Raro. Antes de llegar a ubicarlo acá, como capital, anduvieron paseándolo por otros pueblitos por los 1800 y monedas...ves los edificios anteriores y eran casi chozas...pero un tal arquitecto Hastings, que era como un Bustillo parece, se mandó una guasada dd edificio. Hoy un monumento, que así y todo quedó chico y está re ampliado.
Para pasearlo te revisan como cuando vas en avión, no sea cosa que termine explotando como el Capitolio de Washington en Duro de matar 4...son muy parecidos desde afuera.

Y por dentro, ya que estamos onda películas, me hizo acordar a Sin Salida, esa donde Kevin Costner trata de impedir en el Pentágono, que Gene Hackman se entere que se pistoleaba a su mujer...y corre toda la peli por pasillos muy parecidos...¿no la viste? Plis, mirala...está buenísima...ella no me acuerdo quien era...¡y el final es inesperado!

El edificio también es aprox de 1869, buen año para Sacramento parece. Ahora el que te impacta por tamaño es el palacio de justicia. Es una caja de pizza, parada, en medio de otros más bajos...una mole rara.

Más tarde queríamos recorrer la otra zona, la más comercial...y muchas calles cortadas y negocios cerrados...salvo Macys, todo estaba "raro"
¿Podés creer? Una vez que vengo y justo justo en el lugar gigante que quiero conocer, una especie de Madison Square Garden, imposible porque canta Neil Diamond!! Lleno de gente -grande- haciendo cola para entrar, para ver a este señor de 70 años...¡justo hoy che! ¡Y yo sin entradas!

Dimos algunas vueltas más y disfrutamos de calor al anochecer, cosa que no está nada mal. Y aire a full en el hotel.
Todas las cositas que van quedando, van como pastillitas en el futuro. Mañana, antes de volver, hay un fuerte, una casa y un laberinto que nos esperan...

Nota: no, no me olvidé de vos, Paola Kullock, que te dije por privado que iba a contarte más: en Old Sacramento hay una especie de museo de ropa, que no es museo porque es nueva. Venden, como un local de disfraces, pero con la diferencia que no son disfraces, sino réplicas exactas de ropa fabulosa. Y hay mucha ropa hiper sexy de aquellos años del can can, y del Charleston, con esos bustiers y corsets que ni te digo...y otro piso especial de la época de la música disco. La calidad es tremenda.

Cuentan que en aquella época del oro, los tipos se aparecían en los prostíbulos con barras de oro. La madame se los cambiaba por monedas, por muchas monedas. Y los señores con esas monedas les pagaban los servicios a las chicas del burdel.
Bueno, una señora de ahí sigue con parte de aquella tradición: vos le das plata y ella te vende una réplica de aquellas monedas que compraban sexo...
Nada se pierde, todo se transforma, y las mujeres siguen sacando la mejor tajada siempre...

Bueno chichipíos...a dormir que ahora viene lo mejor...
Remember que en el blog que arma mi hijo, MaiInglishIsBad.blogspot.com están todas las crónicas...compartan, opinen y sigan felices....bye!